(07/02/17)La Actividad Azucarera Argentina manifiesta su más enérgico rechazo a la posibilidad de incluir el comercio de azúcar dentro del bloque del Mercosur, como lo pretendería Brasil según han informado medios de prensa en la cobertura de la reunión que hoy mantuvieron los presidentes de Argentina y Brasil con el propósito de relanzar la relación bilateral y el Mercosur.
El azúcar es el único producto que quedó excluido del marco normativo del MERCOSUR debido a la agresiva política de subsidios aplicada por Brasil en su sector sucroalcoholero, lo que le permitió convertirse en el principal productor y exportador del mundo, y también por la importancia socioeconómica de esta actividad para todas las provincias del NOA. Con muy buen criterio, considerando estos elementos, el Congreso Nacional sancionó las leyes 24.822 y 25.715, que establecen el marco normativo para el sector azucarero y compensan las asimetrías productivas entre los dos países, que siguen vigentes.
Según un estudio reciente de la Asociación de Azúcar de Estados Unidos, los subsidios con los que durante más de treinta años el Gobierno de Brasil favoreció a la industria azucarera de su país, siguen vigentes. Se estima que a la fecha alcanzan la friolera de U$S 2.500 millones de dólares anuales.
El sector azucarero argentino ha invertido y se ha modernizado. Nuestro país es actualmente un productor eficiente de azúcar y así lo demuestra la evolución de sus indicadores pero no es competitivo por cuestiones desvinculadas de la actividad productiva. Nuestros costos logísticos y laborales son el doble de los de Brasil. La posición dominante de Brasil en el mercado mundial de azúcar y las ayudas gubernamentales otorgadas a sus productores le permiten vender azúcar, por períodos prolongados de tiempo, por debajo de los costos de producción de los países más eficientes.
La actividad azucarera argentina constituye el complejo productivo agroindustrial más importante de las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy, siendo la principal fuente privada de mano de obra y generación de valor agregado en esas provincias. Se caracteriza por ser intensiva tanto en capital como en mano de obra y por el hecho de que, a diferencia de otras actividades agroindustriales, toda la transformación industrial se produce a no más de 30 kilómetros de las fincas productoras de caña. En otras palabras, se trata de una industria que se destaca por producir su principal insumo y procesarlo localmente y, por tanto, resulta estratégica para promover el desarrollo y la creación de valor a nivel local y prevenir la migración de la población rural a los grandes centros urbanos.