Ya se fabrican camiones y autobuses que circulan por Noruega, España, Italia, Polonia, Reino Unido, Brasil, China y Australia, entre otros países, impulsados mediante este carburante natural
La necesidad global de mejorar las condiciones ambientales ha colocado a los biocombustibles en el centro de la escena, entre ellos el bioetanol, dado que el transporte impulsado mediante combustibles fósiles –tanto terrestre como aéreo- es el mayor contaminante por sus emisiones de CO2 y NO2 y, por ende, el principal agente que debe ser rediseñado en el mundo para mejorar la calidad del ambiente.
En Europa la empresa sueca Scania, que desde hace más de 20 años fabrica autobuses impulsados con bioetanol, agregó a su línea de productos un camión con motor V8 de 13 litros y 410 CV que funcionan con ED95, esto es 95% de etanol, que reduce de forma inmediata las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, haciendo un sensible aporte a la calidad del ambiente. Los autobuses de Scania impulsados con bioetanol circulan por países como Noruega, España, Italia, Polonia, Reino Unido, Brasil, China y Australia.
Los biocombustibles son combustibles líquidos hechos a base de productos agrícolas que pueden ser combinados con combustibles fósiles para ser usados en automóviles convencionales y en la actual generación de motores de aviones para producir emisiones más limpias para el medioambiente sin resignar rendimiento.
La italiana Iveco, otra gran fabricante de camiones, estimó que los motores propulsados con bioetanol reducen hasta en 90% las emisiones de dióxido de carbono en comparación con los nafteros, razón por la cual la producción de bioetanol como sustituto, está aumentando en todo el mundo. Scania también dijo que el etanol es el combustible renovable con mejor eficiencia de costos.
En Argentina el bioetanol es producido en base a caña de azúcar y maíz. De acuerdo con la normativa vigente, debe participar con 12% en cada litro de nafta que se vende en el país. El complejo etanolero constituido por ingenios azucareros incluye trece plantas industriales con capacidad para producir 1.350.000 m3/año de alcohol de distintos tipos.
Estimuladas por la Ley 26.093, de 2006, que creó el Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles con vigencia de 15 años y facultó al Poder Ejecutivo a extenderla bajo determinadas circunstancias, las industrias se involucraron en un proceso de fuertes inversiones para desarrollar ese complejo. La Promoción vence en mayo de 2021.
Más tarde, en 2008 fue promulgada la Ley 26.334, que aprobó el Régimen de Promoción de la Producción de Bioetanol para satisfacer las necesidades de abastecimiento del país y generar excedentes para exportación estableciendo el impulso a la conformación de cadenas de valor mediante la integración de productores de caña de azúcar e ingenios azucareros en los procesos de fabricación de bioetanol.
La normativa determinó en principio que las naftas debían tener 5% de bioetanol lo cual fue aumentando progresivamente hasta llegar al 12% actual. A la industria azucarera se acopló más tarde la maicera. Entre ambas tienen capacidad para abastecer al mercado para ampliar considerablemente la participación en la mezcla.
No obstante, mientras en el mundo avanza el proceso de sustitución de combustibles fósiles por biocombustibles, en Argentina se ha producido un estancamiento por el atraso del precio del producto, que es determinado por el Ministerio de Energía; el incumplimiento por parte de las compañías petroleras de las compras cuotificadas y la demora del gobierno en confirmar la prórroga de la Promoción, pese a que se han presentado las circunstancias previstas en la Ley para decidir la extensión.
La expectativa de la industria bioetanolera es que se actualice el precio del producto conforme a una fórmula que contemple los costos de producción y una ganancia razonable, tal como lo indica la ley; se cumpla el sistema de cuotas que le da previsibilidad al mercado; se aumente la participación del bioetanol en las naftas y se extienda la vigencia de la Promoción,
En Suecia, Scania trabaja con otras partes interesadas para el establecimiento de una red de infraestructuras destinada a la distribución de etanol. Ello permitirá a las compañías más pequeñas invertir en este tipo de vehículos industriales ecológicos.
Brasil, el mayor productor de azúcar del mundo, tiene una historia de casi 50 años en el uso del bioetanol como combustible y tiene en vigencia el programa RenovaBio, que apunta a su liderazgo en el uso de biocombustibles, con el que proyecta alcanzar el cumplimiento de las metas de reducción de emisiones establecidas en el Acuerdo de París.
En el programa participan empresas de ingeniería junto a automotrices y autopartistas en el desarrollo y optimización de los motores a alcohol mientras se fue expandiendo la cantidad de ingenios y destilerías, hasta componer una imponente industria para la provisión de equipos y servicios para cultivo de caña y producción de azúcar y alcohol, que se exportan a todo el mundo.
El proceso en Brasil comenzó en los años ´70 con la mezcla de 5% de alcohol en nafta. A fines de la década la participación aumentó a 15% y después fue incrementándose paulatinamente hasta llegar a 27,5% a partir de 2015 y así se mantiene en la actualidad. Durante los años ´80 surgieron en Brasil los autos que funcionaban exclusivamente con alcohol y en 2003 los autos flex, que acaparan la mayor cantidad de ventas, cuya tecnología permite utilizar mezclas de alcohol que van del 18% hasta bioetanol puro. (Fuentes: scania.com | camionesybuses.com.ar)